Existen diversos dones espirituales, existen ministerios diversos, pero un mismo Señor. Existen ministerios diversos pero un mismo Dios que ejecuta todo en todos. A cada uno, se le da una manifestacion del Espiritu para el bien comun. (1 Cor. 12:4-7)
La Liturgia pues, se trata de la acción de su propio pueblo de Dios, cada uno con diferentes oficios y funciones. Uno de servicio, no de privilegio; ser espejo de Cristo, que lavó los pies a sus discipulos y les enseñó a sus seguidores a imitar su ejemplo de servicio.
“Todo Cristiano esta llamado al apostolado; todo laico esta llamado a dar un testimonio personal y compartir en la mision de la Iglesia” - Papa Juan Pablo II
Es el ministerio que lleva el Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo al Pueblo de Dios y da un testimonio de Fe de la Presencia Real de Cristo en la acción de compartir el alimento Eucaristico del sacrificio de Cristo. Por lo tanto, el ministerio debe ser ejercido con la maxima dignidad y reverencia.
El Sacristán prepara las cosas necesarias para la celebración de la Liturgia. Su preparación reverente, le recuerda la asamblea a entrar y preparar sus corazones para la adoración. El Sacristán presta un servicio escondido y grande a la comunidad de Fe; encargándose del mantenimiento de las cosas sagradas que se usan para el culto de Dios y porque cree que celebra algo importante, actúa con dignidad y respeto a su ministerio.
Al proclamar la palabra de Dios, los lectores estan ejerciendo la responsabilidad de meditar en la presencia de Cristo. Dios les habla a los feligreses a traves de ellos. El impacto del mensaje de Dios va a depender significativamente de la convicción, la preparación y la manera como se da el mensaje. La reverencia hacia las Escrituras es importante porque la Iglesia ve una conexion intima entre “La mesa de la Palabra de Dios” y “La Mesa de la Eucaristia”. En una, el pacto divino se anuncia y la Iglesia crece en su sabiduria; en la otra se renueva el pacto y la Iglesia crece en santidad.
"El que quiera servirme, que me siga, y donde yo este, alli estará tambien mi servidor.
Y al que me sirve, el Padre le dará un puesto de honor” Jn. 12:26
Los monaguillos asisten al Sacerdote durante la Misa . Su compromiso en el Altar no es sólo un deber sino un gran honor y un verdadero servicio santo. Ellos son elegidos entre los fieles que deseen participar de una manera más íntima durante el Santo Sacrificio de la Misa. Son mucho más que un simple ayudante del Sacerdote. Son servidores de Jesucristo, el sumo y eterno Sacerdote.
A los Ministros de Bienvenida y Hospitalidad se les confia promover un sentido de bienvenida y pertenencia a todos los fieles reunidos para la Liturgia. Ellos son el primer punto de contacto para la celebración comunal de la Liturgia. Ellos se encargan de mantener la serenidad de la comunidad: asisten a los fieles a encontar asiento, recogen la colecta, distribuyen anuncios y boletines.
Los Ministros de la Musica Sagrada ayudan a la comunidad de Fe a adorar a Dios y expresar los sentimientos del corazón. Ellos predican al compartir el mensaje del amor de Dios a través de la música. La música es un don de Dios por el cual glorificamos a El a traves del canto. Dios te ha dado el talento de ser músico, y ahora Dios te ha llamado a ser un ministro de música. Este ministerio es eterno. Todo el pueblo ha de cantar alabanzas a Dios eternamente. Lo que hacemos en la tierra es un “gran ensayo” para la alabanza del cielo.
Los Grupos son: